25.1.08

después de volver

me fui al mar, me volvió a sorprender con su hermosura, me volvió a regalar colores, olores y todo lo que él, únicamente él, sabe regalar.
le pedí unas cuantas cosas, no se si me va a dar bola, pero no me importa, porque siempre igual, me da mucho.
me reconcilié un poco conmigo, me volví a pelear y me volví a reconciliar en parte.
había tomado una decisión: no darle mas bola a este ser que ocupa vilmente mi cabeza, mi corazón y mi bajo vientre hace ya más de dos años.
pero... a sólo horas de mi llegada, recibí un mensaje y volé a su casa, a su cama, entre sus brazos, entre mis piernas.
y acá estoy, en su casa mientras el no está, escribiendo este post. y pienso, y re pienso, y vuelvo a pensar.
y trato de engañarme a mi misma diciendo: y bueno, que mierda me tengo que calentar por lo que los otros hagan y deshagan de sus vidas? si finalmente yo vuelo hasta acá y tengo un mediodía de sexo desenfrenado y bueno, muy bueno.
mi siguiente pensamiento es: voy a optar por no pensar a la hora del sexo. y capaz que si me dan ganas, me enredo también con el pendejo, o con el primero que se ponga a tiro y, obviamente, me guste.
creo que puede ser una gran opción, no?